08.10.2021 Pedro Etura

Prueba Fujifilm GFX 50S II

Pedro Etura

Técnico Superior en fotografía artística.
Fotógrafo documental de boda y fotoperiodista. He trabajado en prensa local durante 10 años y dedicado a la fotografía de boda desde 2004.
Fotógrafo y director artístico de la agencia A Photo Agency de 2009 a 2017.
Dos veces ganador del Premio Nacional de fotografía social LUX, de manera consecutiva.
Fotógrafo del año 2015 por Unionwep.
Top Ten 2013 del directorio internacional de bodas Fearless Photographers.
Numerosos talleres y workshops a fotógrafos de boda por Europa y América.
Actualmente mi trabajo se centra en la fotografía documental de boda y el reportaje documental.

            La primera cámara digital de formato medio que tuve entre las manos fue la Fujifilm GFX 50S. Recuerdo bien la sensación, más pequeña de lo que me había imaginado, más ligera, y quizá, por qué no decirlo, un poco más lenta de lo que me hubiera gustado, acostumbrado por aquella época a las pequeñas y veloces cámaras de la serie X. Todo esto se pasó cuándo vi por primera vez los archivos, y dije, vale, impresionante, pero no es para mí. Entre otras cosas en una cámara necesito agilidad.

            Tres cámaras de formato medio después (y tres años de experiencia en este formato) llega a mis manos la GFX 50SII, y pensé, no me encajará… Pero bueno, no pierdo nada probándola, además todo el equipo de Fujifilm España me conocen bien y seguro que me la dejan por algo. Dicho y hecho, organizo una sesión de preboda, no lejos de casa, lo más real posible a mi trabajo habitual, ya que en Agosto, normalmente no suelo tener bodas, además de que no la probaría la primera vez en una boda real, locuras las justas.

            Lo primero de todo veo que exteriormente es idéntica a la GFX 100S, me gusta, (como ya me gustó la GFX 100S, son idénticas) pequeña, organizada y con el balance justo entre diales y botones. Pienso, un buen lavado de cara, vamos bien. Pero la mayor diferencia se encuentra cuando pones la cámara en marcha….

            En cuánto pones el interruptor en ON notas que la cámara reacciona, ágil, la navegación por los menús rápida e intuitiva. Procesador nuevo, se nota. Antes de seguir probando, hablo con Jose, ingeniero de Fujifilm para cerciorarme de que la cámara es resistente al polvo y salpicaduras, a lo cuál me responde que por supuesto. Vale, ya lo tengo todo.

            Tengo que decir que la cámara me llegó con un nuevo zoom, un 35-70mm, muy ligero y muy rápido, creo que es una combinación de lo más versátil. Aquí viene mi primer pero, que los hay. Este zoom viene sin anillo de diafragmas, eso no me convence, ya que soy un fiel usuario de este anillo, y me resulta más incómodo trabajar sin él. Pero bueno, es mi manera de fotografiar, igual que no suelo usar zooms… Luego me entero de su precio y ya todo encaja, aún así seguiré con mis ópticas fijas y con anillo de diafragmas. Manías, supongo.

            Es hora de fotografiar. Como la estructura de la cámara es idéntica a las GFX100S no tengo problemas de adaptación, disparo tras disparo compruebo que el autofoco, en one shot, es  más certero y ágil que mi 50r, y pienso que el procesador nuevo y más potente estarán haciendo de las suyas, ya sabéis, la tecnología avanza a pasos agigantados. Si que noto, ahí va otro pero, que el autofoco en continuo no es tan potente como en la GFX100S, ya que solo lleva autofoco por contraste…. Pero claro, si los tuviera sería una GFX 100S!!!! Y lógicamente eso tiene otro precio, que es uno de los baluartes de esta nueva cámara, y sobre todo, de este nuevo zoom.

            No os he contado hasta ahora que esta nueva cámara tiene estabilizador, y de los buenos, haciendo pruebas he podido llegar sobre los seis pasos de velocidad más lenta de la que utilizaría normalmente. En el mundo real quiere decir que puedes disparar con más tranquilidad a velocidades un poco lentas, bienvenido sea. Por cierto, compruebo de primera mano que la cámara aguanta bastante bien las salpicaduras del agua…

 

            En resumen, una GFX50S más rápida, más potente, estabilizada y más pequeña y manejable, creo que es una apuesta segura. Y el precio… redondea el trato.