Jose Luís López de Zubiria
Soy fotógrafo desde hace mas de treinta años. He disparado en gran formato, 9×12, 13×18, sobreviviendo al rigor de la diapositiva con la ayuda de mucha paciencia y de la Polaroid. Eran tiempos donde la incertidumbre era el caldo de cultivo habitual.
Frente a esto, la inmediatez de la fotografía digital con su certidumbre invierte de forma radical el proceso. Ahora en estos tiempos se presenta de forma contundente un nuevo escenario: la postproducción. Llegado este punto y al margen de las exigencias del briefing, amo lo natural, “aquello” que se parece mucho al primer disparo.
Soy fotógrafo de plaza pequeña, me ha tocado ser todoterreno, disfruto con la variedad, frente a la sensación de ser un continuo novato. La fotografía me ha cambiado la forma de ver y de dirigir la mirada, haciéndome disfrutar de la observación.
SERENDIPITY
…circunstancia de encontrar por casualidad algo que no se buscaba.
Que “algo” creado para una función determinada sirva para “otra” no contemplada en el momento de su creación, sin duda, es una suerte de regalo que todos los usuarios de la cámara GFX100 lo celebramos.
Entrar en el mudo de la GFX100 es gozar de la gran flexibilidad a la hora de adaptarse a situaciones de luz muy dispares y, a veces complicadas, resolviéndolas con una gran resolución en ausencia razonable de ruido, con una gran facilidad a la hora de enfocar y todo ello sin salir del universo del medio formato.
Todas estas resumidas razones ya eran suficientes argumentos para llegar a ella y tomarla como herramienta ideal en la fantástica tarea de cazar imágenes.
De tal manera que, ésta última actualización de firmware supone un gran regalo al cual no le vamos a mirar el diente.
Nuestro sujeto ha de estar quieto. Esto, que según se mire puede ser un handicap, resulta ser una gran maravilla, en esos casos en los que se confabulan las constelaciones presentándose la necesidad de usar este as que tenemos guardado debajo de la manga.
Nos ponemos manos a la obra. Hacerlo no resulta complicado. Eso sí, imprescindible un buen computador a nuestra vera, que nos ayude a manejar las 16 imágenes que la cámara GFX100 disparará de forma continua, una vez que le hayamos dado la orden para hacerlo.
Una vez que tengamos el lote de los 16 archivos RAW, Fujifilm nos proporciona el software necesario para poder compilarlas y convertirlas en un archivo DNG de aproximadamente 1Gb de tamaño. Para mover este pedazo de archivo hace falta músculo informático, eso sí, con buenas condiciones se mueve bien.
Una imagen vale más que mil palabras. Os muestro este ejercicio de fotografiar tres herramientas en situación estática, bañadas por luces de distinta naturaleza.
PIXEL SHIFT (desplazamiento de píxel), el programa de compilación de Fujifilm, es rápido en su procesado, menos de tres minutos, y nos deja un DNG en la misma ubicación donde se encuentran los archivos RAW originarios. Mover este DNG en Capture One resulta bastante lento, no así en Lightroom, que se muestra mucho más ágil, a mi pesar.
A muchos fotógrafos nos impone mucho el tamaño, en este caso cuatro veces mayor. Pero ahí no acaba la sorpresa, de repente se nos presenta el color, se constata diferencia con el color de los archivos originarios, una diferencia favorable hacia el resultado final.
En este punto llegamos a aquello que postulaba Aristóteles cuando decía que “el todo siempre es superior a la suma de sus partes”.
Gracias por el regalo Fujifilm…
Estas fotos quieren ser un homenaje a las Herramientas, algunas de ellas olvidadas en un cajón.
Sin ninguna duda la herramientas, y como tal nuestra cámara, son la rueda que nos hace llegar casi al límite de nuestra imaginación.