07.06.2019

Vence tus miedos de la fotografía urbana - Parte 2

Brian Lloyd Duckett es un fotógrafo urbano profesional que dirige talleres por Reino Unido y Europa. Con la X100F como arma preferida, dispara exclusivamente con productos Fujifilm. En esta guía, que consta de tres partes y fomenta la autoconfianza, Brian ofrece una aproximación a sus lecciones para que mejores como fotógrafo urbano.

Lidiar con el «miedo a posibles confrontaciones»

A medida que se va practicando la fotografía urbana, se debe aprender a quitarle hierro a cualquier tipo de confrontación. Si te decides a fotografiar a desconocidos en la calle, alguien acabará encarándose contigo. Lo más común es que todas las semanas alguien me pregunte «¿Por qué me has hecho una foto?». O simplemente «¿Me has hecho una foto?».

Ante este tipo de situaciones, lo primordial es comprender que la mayoría de la gente pregunta por simple curiosidad humana, confusión o incluso sintiéndose halagada. Es muy poco común que alguien se ofenda. No obstante, casi todos nos seguimos preocupando ante la posibilidad de suscitar una situación no deseada; este es un aspecto de la fotografía urbana al que hay que enfrentarse tarde o temprano, algunos más que otros. No queremos que nos pregunten por qué hacemos determinadas fotos o que nos pidan borrar una imagen o, peor aún, vernos amenazados ante la violencia física. Claro está, lo mejor es evitar cualquier tipo de confrontación. Para ello, se debe trabajar rápida y discretamente, sin invadir el terreno de nadie y pasando más por un turista que por un fotógrafo.

No hay que dar explicaciones cuando alguien nos increpa. De hecho, y aunque pueda parecer algo descortés, algunos fotógrafos callejeros se niegan a interactuar de modo alguno con las personas fotografiadas. La curiosidad suele satisfacerse con una simple explicación «predeterminada», que debe prepararse por si se dan este tipo de situaciones: puedes argumentar que estás trabajando en un proyecto, haciendo un curso de fotografía o, sencillamente, documentando la vida urbana en esa zona en particular. No te olvides de sonreír, evita toda irascibilidad y muestra convicción a la hora de explicar los motivos de tu trabajo.

Casi siempre recomiendo sonreír, dar las gracias y abandonar el lugar cuando veas que eres objeto de algún análisis suspicaz. La mayoría de las personas te devolverán la sonrisa y ahí acabará todo. Intenta evitar entablar conversación con los demás, pues con ello podría darse el caso de tener que mostrar las imágenes y cabría la posibilidad de que te pidieran que las borres.

No sigas a pies juntillas la regla del «acercamiento»

Quizá te hayas topado con las «reglas» de la fotografía urbana. Una de ellas habla de la necesidad de acercarse a los sujetos para conseguir una imagen urbana decente. Conozco a numerosos fotógrafos urbanos para quienes esto constituye el Santo Grial y único modo de abordar este tipo de fotografía. Yo opino que a veces es fundamental (y a menudo, útil), pero si puedes oler el aliento de tu sujeto, quizá te hayas acercado demasiado.

El mítico periodista fotográfico Robert Capa siempre defendió la proximidad, pero en su justa medida, esto es, lo suficiente como para obtener la composición ideal. Hoy, gran cantidad de composiciones fotográficas urbanas requieren colocar la cámara en plena cara del sujeto (a menos de un metro de distancia), pero… ¿buscas eso realmente? Puede resultar algo agresivo y provocador, algo moderno por momentos, pero debido a sus tintes claustrofóbicos, podría ser un estilo con fecha de caducidad.

Este estilo de fotografía urbana suele adolecer de valores estéticos y, con toda franqueza, opino que a veces carece de sentido. ¿A quién le resulta interesante un primer plano de un desconocido saliendo de Starbucks? Creo que la fotografía urbana es mucho más que esto.

Otra desventaja de la proximidad exagerada radica en la exclusión de un fondo con contenido. Gran parte del espíritu de la fotografía urbana se basa en el contexto, de modo que la imagen sesgada de una cara suele dejar el fondo en un plano secundario.

Obviamente, en ocasiones se antojará fundamental o beneficioso acercarse al sujeto. No obstante, ello no debe considerarse una máxima a la hora de dedicarse a la fotografía urbana.

Vuélvete insensible

Los psicólogos definen la insensibilidad como una «respuesta emocional reducida ante estímulos negativos, aversivos o positivos tras una exposición prolongada a ellos». Dicho de otra manera, la costumbre hace la comodidad, esto es, la familiaridad genera la aceptabilidad.

Por ejemplo, si le tienes pánico al dentista, en tu primera cita solo verás la clínica, tendrás una toma de contacto con el profesional en cuestión y observarás el entorno. Así, en la segunda cita (y quizá la tercera), te limitarás a hacerte una revisión y dejarás cualquier otro tratamiento para mucho después. En otras palabras, te expondrás a ciertos estímulos en pequeñas dosis que irán aumentando progresivamente, de modo que poco a poco, irás aceptándolos sin sentir la incomodidad inicial. Todo esto puede parecer algo científico, pero este concepto nos puede valer.

Podemos aplicar este principio a nuestro miedo de fotografiar a los transeúntes. Si vas a comenzar a disparar a cierta distancia y, en cuestión de semanas, te vas acercando poco a poco a tus sujetos usando un objetivo mayor, llegará un punto en el que ese miedo quedará totalmente disipado o lo considerarás irrelevante. El tiempo necesario dependerá tanto de tus niveles de miedo como de tu propia psicología, pero debes intentarlo. ¡Funciona!

Dispara rápidamente

Cuanto menos tiempo pases haciendo una foto, menor será la probabilidad de que reparen en ti y, por tanto, de sentir incomodidad alguna. Te ofrezco algunas técnicas a las que puedes recurrir para aumentar el ritmo de tu fotografía urbana:

  • Configura tu cámara previamente. Si pasas mucho tiempo configurando los ajustes de la cámara, terminarás por llamar la atención de alguien. Te recomiendo prioridad de abertura, f/8 e ISO 1200. Estos son mis ajustes habituales y me vienen bien en el 90 % de los casos. Para aquellas cámaras como mi FUJIFILM X100F, con un ISO de 1200 o incluso 3200 es coser y cantar. Es preferible sufrir una minúscula (casi imperceptible) cantidad de ruido que el desenfoque del sujeto o el movimiento de la cámara.
  • Dibuja la imagen en tu mente. Forma la imagen en tu mente y llévate la cámara al ojo solo cuando estés listo para disparar.
  • Usa un objetivo de focal fija. Si desperdicias el tiempo haciendo zoom, llamarás la atención y perderás las posibilidades de disparo.
  • Usa enfoque en zona. Ten configurada la cámara en enfoque manual y a una distancia predeterminada. Suponiendo que vayas a trabajar con una pequeña abertura de al menos f/8 y tu objetivo esté centrado en un lugar a 3 metros de distancia, la mayor parte de la imagen en tu «zona operativa» (entre 1,80 m y 4,5 m) gozará de nitidez. Usa el enfoque manual para que tu cámara responda en menos tiempo y aceleres tu propia respuesta ante situaciones variables.
  • Asegúrate de tener la cámara encendiday lista en todo momento. Sacrificarás la duración de la batería, pero ¡¿de qué sirve tenerla llena si vas a perder oportunidades de disparo por tener la cámara apagada?!
  • Opta por una correa para la muñecaen lugar de una correa para el cuello. De este modo, siempre tendrás el dedo sobre el botón y la cámara estará lista para actuar rápidamente.

Dispara con disimulo

Se puede disparar con disimulo sin parecer un «bicho raro». Algunas técnicas me ayudan a pasar desapercibido:

  • Dispara «al fondo» de quienes tengas delante. Esta técnica funciona particularmente bien cuando la gente camina hacia ti y usas un objetivo gran angular (cuanto más amplio, mejor; recomiendo entre 28 mm y 35 mm). Llévate la cámara hacia el ojo, ignora a la gente que tengas delante y haz como si dispararas a algún elemento lejano. No mires a nadie y centra tu atención en el espacio a sus espaldas. Cuando tengas encuadradas a las personas deseadas, dispara. Mantén la cámara en tu ojo hasta que hayan terminado de cruzarse contigo. No se habrán dado cuenta de nada.
  • Dispara desde la cadera. Si te llevas la cámara hasta el ojo, la gente verá que estás a punto de hacer una foto. Con algo de práctica (y multitud de fotos fallidas durante el proceso), aprenderás muy bien el rendimiento conjunto de tu cámara y tu objetivo, de modo que sabrás que ángulo de disparo necesitas para componer la imagen. Si tu cámara tiene una pantalla LCD articulada (inclinable), disparar desde la cadera te resultará mucho más sencillo. La FUJIFILM X-T2 e incluso mi X70, algo más antigua, son ideales para llevar a cabo esta técnica. A pesar de que algunos fotógrafos urbanos evitan esta técnica por su extrema sencillez, no deja de ser una técnica útil que puede funcionar bien con un objetivo gran angular. Sin embargo, no debes depender en demasía de ella. Úsala con moderación, de modo que te acostumbres al visor de una manera convencional y solo pases a disparar desde la cadera cuando lo necesites.

En la última entrega de la serie seguiré ofreciendo más consejos sobre fotografía urbana.

**Los puntos de vista y las opiniones que se expresan en este artículo son propios del autor.**