No es preciso invertir en costosas luces de estudio ni buscar fondos a medida para lograr unos retratos excepcionales, pues puedes crear retratos asombrosos desde casa con la mera ayuda de una ventana. Descubre cómo se hace…
La iluminación es determinante para diferenciar un buen retrato de uno genial. El más mínimo cambio en la dirección o la suavidad de la fuente de luz puede transformar la cara del sujeto y se podrá conseguir un retrato envidiable. Los fotógrafos profesionales suelen recurrir a ello en sus estudios: usan flashes potentes, equipados con todo tipo de accesorios para modificar la luz, que se pueden colocar en cualquier rincón, aunque no es la única opción posible.
Si no tienes la suerte de contar con un gran estudio fotográfico de techos altos y una colección de fondos a medida (¿quién la tiene?), te gustará descubrir que puedes conseguir retratos sobresalientes con la única luz de una ventana y, quizá, un reflector. Hay muchos lugares en el hogar muy aprovechables para la fotografía. Aquí tienes algunos consejos para comenzar.
La elección de la ventana
Siempre que la persona fotografiada disponga de suficiente espacio para colocarse junto a una ventana, esta constituirá una buena fuente de luz. Es importante que el sujeto no reciba la luz directa del sol, pues es demasiado intensa para un retrato natural. La luz indirecta y difusa conviene mucho más.
Por ello, una ventana orientada hacia el norte es la mejor opción, pues el sol jamás incidirá directamente a través de ella. No obstante, se puede conseguir el mismo efecto con una ventana orientada hacia el oeste por la mañana o una hacia el este por la tarde. En un día nublado, claro está, cualquier ventana servirá.
La posición del sujeto
Comienza colocando a tu sujeto sentado o de pie junto a la ventana, de modo que esta lo ilumine desde un lateral. Opta por una posición sentada si la ventana es baja; si es alta, quizá sea mejor que pose de pie. Sin embargo, se debe evitar que la luz incida sobre su cuerpo, más que en su rostro.
La distancia entre la ventana y el sujeto también será determinante: la luz «cae» más (es decir, es más oscura) en distancias cortas que cuando recorre distancias más largas. Ello afecta al contraste en la cara del sujeto: la cara de una persona sentada junto a la ventana será mucho más clara por un perfil que por el otro, pero este efecto no será tan visible cuando esta se desplace unos centímetros.
Con esto no se pretende decir que mucho contaste sea algo malo, pues, de hecho, puede dar grandes resultados. También hay que tener en cuenta que, si colocas al sujeto demasiado lejos de la ventana, podría quedar poco iluminado y la imagen se resentiría.
Añadir un reflector
Si usas un reflector, podrás darle algo de luz al perfil del rostro de tu sujeto que queda oscurecido en la sombra. Colócalo lo más cerca posible sin que aparezca en la imagen.
Para este fin existen muchos reflectores que pueden plegarse en un estuche muy útil. No obstante, en caso de no disponer de ninguno, se puede improvisar con una lámina de cartulina negra o papel de aluminio.
Ajustes de cámara
Lo ideal es disparar con gran abertura, pues la luz que hay junto a una ventana no siempre es tan intensa como sería deseable. La mejor opción es una abertura de F2.8 o superior. Si cambia la luz exterior, cosa que ocurre a menudo al disparar así, es preferible usar el modo Prioridad de abertura para que la cámara pueda ajustar automáticamente la velocidad del obturador. Se debe elegir un ISO con el que se consiga una velocidad mínima del obturador de 1/125 s.
Asimismo, se debe cuidar el equilibrio de blancos: si las condiciones de disparo no son las mejores para activar el ajuste automático del equilibrio de blancos (AWB), se debe fijar la opción de luz del día para obtener resultados más consistentes. Tu cámara FUJIFILM también cuenta con varios modos de simulación de película que son ideales para este tipo de trabajo. Prueba los modos PRO Neg. Hi y PRO Neg. Std, así como CLASSIC CHROME.
Paso a paso
Para llevar estos consejos a la práctica, tomamos varios retratos en una casa municipal de los años 30 del siglo XX, como tantas hay repartidas por el país. Lo hicimos en tres ubicaciones con una cámara FUJIFILM X-T3 y unos objetivos XF 90 mm F2 R LM WR, XF 50 mm F2 R WR y XF 35 mm F2 R WR.
Primer paso: ubicación, ubicación y ubicación
De las tres ubicaciones, la más versátil era una ventana en la parte superior de las escaleras. Detrás había mucho espacio sin iluminar que serviría como un fantástico fondo neutral. No obstante, como la ventana estaba bastante baja, le pedimos a Emma que se sentara en el suelo o bajara algunos escalones.
Segundo paso: disparar y comprobar
¡Los primeros disparos dieron grandes resultados! Se suele saber de inmediato si una ubicación es buena para realizar retratos con la luz de una ventana. Prueba en otro lugar si los resultados no fuesen los esperados. Disparamos con el objetivo XF 50 mm F2 R WR a la máxima abertura para obtener una buena velocidad del obturador de 1/250 s e ISO 640. De este modo, también logramos desenfocar el fondo.
Tercer paso: condiciones naturales
Para disminuir la diferencia de luz y oscuridad entre ambos perfiles de la cara de Emma, le pedimos que se alejara un poco de la ventana, lo cual redujo la incidencia de la luz. También añadimos un reflector al otro lado de Emma para recuperar algo de luz. Con ello conseguimos un resultado mucho más suavizado y natural.
Cuarto paso: acortar distancias
Llegados a este punto, pasamos a usar el objetivo XF 90 mm F2 R LM WR (mientras Emma se cambiaba de ropa) y disparamos más cerca para tomar retratos más directos. Mantuvimos la abertura en F2 o F2.8 y usamos el enfoque automático con detección de ojos para que los de Emma quedaran mejor enfocados que su nariz.
Quinto paso: algo diferente
Hicimos otras pruebas como cerrar casi completamente las cortinas para que solo entrara un resquicio de luz para iluminar a Emma. El resultado es mucho más espectacular y demuestra la versatilidad que puede ofrecer un único lugar junto a una ventana en una casa convencional.